EL “ABRAZATÓN” EN EL COLEGIO NYDIA QUINTERO DE TURBAY
UN ABRAZO TAN FUERTE, QUE TE ROMPA LOS MIEDOS
Los abrazos son beneficiosos para todos. Con ellos no solo se incrementa el vínculo afectivo y emocional con otras personas, sino que además activan todo el cuerpo, mejorando la salud y provocando la felicidad. Cuando abrazamos a una persona liberamos oxitocina, disminuyendo de esta forma la producción de cortisol y adrenalina, hormonas que se emiten en altas concentraciones cuando nos encontramos bajo una situación estresante. Abrazar y ser abrazado nos une y nos relaja ofreciéndonos una sensación de paz, tranquilidad y seguridad.
El acto de abrazar tiene un poder emocional capaz de disipar las emociones negativas como la ira, el miedo, la ansiedad, el odio y la tristeza. Numerosos estudios confirman los beneficios de un abrazo: el contacto físico da una respuesta positiva. En hospitales clínicos se ha impuesto la filosofía del “tacto terapéutico”, que consiste en mantener un delicado contacto físico con el paciente e incluso abrazar.
Desde el Gimnasio de las Emociones, se originó la iniciativa del “abrazatón”. Actividad que surge por el estudio de los beneficios físicos, psicológicos y mentales que trae consigo el hecho de regalar y recibir un abrazo; el objetivo fundamental de la iniciativa es promover y repartir felicidad, resiliencia, alegría, reconciliación, salud, paz, afecto.
Hay muchas cosas que están fuera de nuestras manos cuando pensamos en ayudar a otra persona, en este caso, a toda una comunidad. Hay algo que todos tenemos a la mano, que no cuesta nada y que está científicamente comprobado genera felicidad: ¡Dar un abrazo! En nuestro colegio Nydia Quintero de Turbay, nos unimos para saludar a los miembros de la comunidad educativa, con un abrazo, como forma de reencontrarnos y acercarnos al corazón de los demás.
Abrazar a los niños y dejarse abrazar, resulta una de las maneras más simples de conexión, de demostración de un sincero cariño y del deseo por lograr que; en una situación triste, tensa o agradable, el niño o la persona abrazada sienta una empatía y una calidez imperturbable.